miércoles, 7 de septiembre de 2011

Desconfiar.

Me he vuelto una desconfiada, lo reconozco. Tanto a nivel personal como a nivel profesional no me fío de nadie, y por desgracia tengo motivos. Dejaremos el plano personal (que ya me aburre, la verdad) y me centraré en el profesional. Hace años cuando empecé a trabajar detrás del mostrador no era así. Me gustaba el contacto con la gente, me implicaba y compartía muchas cosas con mis clientes.............después de muchos desplantes y puñaladas la cosa ha cambiado. Me da pena porque en algunos casos pagan justos por pecadores, pero es lo que hay.
Ayer mismo me volvieron a echar en cara mi desconfianza y problamente la persona tenía razón............o como yo creo venía a sacarme información y a vigilar/me. Dada la situación de la zona en la que está mi tienda el miedo a que te roben está a la orden del día, así que cualquiera que entra con pintas raras o actuando de forma poco "normal" es susceptible de ser un ladrón (o de preparar el terreno para que luego vengan a robar).
Así que seguiré actuando igual, no me apetece tener ninguna sorpresa desagradable.
De todas formas ayer no fue un día malo, ya que por la mañana tuve la visita de dos comerciales con los que me llevo muy bien. Una de ellos lo está pasando muy mal de salud y me hizo muchísima ilusión verle y el otro es ya oficialmente un "colega musical" ya que se presentó con un pendrive repleto de buena música y videos para que el curro sea más leve, yeahhhhhhhhhhhhhh.

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