jueves, 26 de septiembre de 2013

26.

26 de septiembre......dentro de un mes cumplo 38 años y hace un mes volví a la soltería. Me parece increíble que todavía siga dando vueltas con el mismo tema. Soy imbécil, está claro. Ha sido casi un año de "relación" y casi cuatro años de idas y venidas.....es decir, he perdido cuatro años de mi vida. No ha sido un mes fácil, ni fue una decisión fácil y lo peor es que el final no está siendo tranquilo. Después de darme cuenta de que "los tíos así no cambian nunca" decidí dejar de escuchar a mi corazón y empezar a pensar con la cabeza. Que te diga lo mucho que te quiere, pero demuestre lo contrario es horrible. Que seas invisible cuando le interesa es horrible. Que no te apoye en los momentos difíciles es horrible. Que te sientas SOLA es horrible. Por supuesto que también he cometido fallos y que tengo un carácter muy difícil de aguantar. Asumo todos mis errores y quizás por esa razón me siento tan mal, tan vacía.....porque hay momentos de bajón en los que pienso que debería llamarle y tratar de recuperarle.....pero entonces me obligo a pensar en los desplantes y en otras cosas no agradables que me voy enterando. He podido hablar con varias amigas del tema y me he sentido comprendida. Una en concreto pasó por algo similar durante muchos años, llegamos a la conclusión de que para nosotras estás personas eran pura droga, de la que te engancha y te anula por completo. Y eso no es bueno, no? Supongo que tendría que haber actuado de otra forma, intentar que me respetara y que me tuviera en cuenta desde el principio, hacerme valer. Se lo puse tan fácil.....pero es que me encantaba "ser su novia", una tía como yo con alguien como el? Impensable!!!!!!! Bueno, el sueño terminó y la pesadilla empezó. Compartir, no tanto amigos, como zonas, bares, locales...no es fácil ya que al final he quedado como la mala. Si las personas que dicen eso supieran TODO lo que he llorado por su culpa no serían tan injustos. La vida sigue, espero recuperarme y mirar hacia delante con ilusión. Quiero ser feliz (sola o acompañada) y creo que me lo merezco.

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